El tiempo y su relatividad.

En esta reflexión exploraremos qué es el tiempo, y por qué a pesar de nuestros esfuerzos por medirlo, ahorrarlo, no perderlo o incluso deterlo, el tiempo sigue transcurriendo, y en ocasiones, ni siquiera somos conscientes de ello. Entonces, ¿cuál es la solución para sobrellevarlo?

Paulina Servín

9/28/20245 min read

“¿Qué es el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que lo pregunta, no lo sé."
- San Agustín

Probablemente alguna vez te has molestado contigo mismo o con alguien más por "hacerte perder" tu tiempo, yo también, y aún así aquí estamos tu y yo, con tiempo suficiente para escribir y leer un blog.

Y es que el tiempo verdaderamente es algo valioso, sin embargo, no tiene valor.
Se puede medir (gracias al sistema de medición que creamos), sin embargo, no tiene principio ni final.

Siempre me he sentido fascinada por el tiempo y como este simplemente es un constructo creado por los seres humanos para tener la sensación de control sobre algo que no solamente está fuera de el, sino que, probablemente tampoco lo comprendemos en su totalidad.

Vamos por partes. Einstein, a principios del Siglo XX, estableció que el tiempo es relativo, es decir, que el paso del tiempo depende del marco de referencia del observador.

Un poco más sencillo de explicar, pongamos el ejemplo de un observador que ve pasar un tren. Si se arroja un balón dentro de este, el observador verá el balón a la velocidad que este sea arrojado, más la velocidad del tren; esto no pasaría si el observador se encontrará dentro del tren, ya que el observador iría también a la misma velocidad del tren.
Sin embargo si el observador fuera del tren "pudiera observar" la velocidad de la luz, ésta siempre se mantendría constante a 300,000km/s aproximadamente.

Es decir que el tiempo es relativo al espacio (ya que este depende de la velocidad) y los eventos físicos al estado del obervador. Esta teoría permitió replantear la comprensión que la física contemporánea tenía del tiempo y espacio.

Otro ejemplo claro son los GPS, si no tuvieran en cuenta la relatividad del tiempo fuera de la tierra perderían calibración y dejarían de ser útiles.

La obra de arte es:
La persistencia dela memoria - Salvador Dalí
Está ubicado en el Museum of Modern Art en Nueva York, Fotografía tomada por mí en 2023.

Glosario:

  1. Bertrand Rusell: filósofo, matemático, lógico y escritor británico, ganador del Premio Nobel de Literatura.

  2. Cronometría mental: uso del tiempo de respuesta en las tareas percepción-motriz para inferir el contenido, duración y la secuencia temporal de las operaciones cognitivas.

  3. Celeridad: Prontitud, rapidez, velocidad.

Probablemente en este punto te estés preguntando, ¿bueno y qué tiene que ver esto con psicología? La física nos demuestra como lo que entendemos por "tiempo" es simplemente una medida que creamos para tener un control y sentido del mismo. De igual manera, la psicología nos confirma que el tiempo además de ser relativo, también es subjetivo.

El tiempo psicológico es subjetivo a la experiencia de flujo, duración, proceso y lapso en que una persona experiementa de diferentes maneras vivencias personales como lo son: un evento traumático, un recuerdo emotivo, la planeación del futuro, entre otros. De esta manera, el proceso mental consciente experimenta tanto el pasado, como el presente e incluso en algunas ocasiones, el futuro. En este sentido, el margen cronológico (normalmente se mide por segundos, minutos, horas) es dependiente de otros factores como el nivel de conciencia, la atención sostenida, la motivación e interés y el afecto emocional.

Bertrand Russell₂ en 1915, había advertido que los estados del tiempo, presente, pasado y futuro pertenecen a la relación directa entre el sujeto y el objeto que para él constituye la cronometría mental₃.  La neurociencia también ha estudiado a profundidad la percepción del tiempo, y como este tiene implicaciones en como representamos los eventos de forma personal y sucesiva, este es intangible y no se constituye en estímulos físicos o con medidas establecidas.

La celeridad₄ del tiempo en la mente fluctúa en relación a múltiples factores. A diferencia del tiempo cronológico, el tiempo subjetivo no es medible, pues su velocidad cambia con diversos factores como lo es la edad, la temperatura, las emociones, el estrés, la atención, los hábitos, la sensación de peligro, la espera, el sueño o incluso el amor.

Pongamos de ejemplo una relación a distancia, que está por separarse un par de meses.

Aunque el tiempo sea el mismo para ambas personas, la percepción y subjetividad de cada una será diferente, esto dependiendo de todos los factores que se mencionaron anteriormente.

Una persona puede percibir que el tiempo tarda bastante en avanzar y es demasiado lento, sin embargo, la otra persona puede experimentarlo como veloz y fugaz.

Entender la subjetividad del tiempo por cada persona es relevante para el estudio de la psicología ya que nos puede brindar un mejor entendimiento de algunos trastornos mentales y emocionales. Por ejemplo, cuando estamos constantemente consternados por las situaciones o eventos pasados podemos continuamente traerlos al presente, lo que nos puede llevar a caer una melancolía o un estrés postraumático. Al contrario de cuando nos situamos constantemente en el futuro y en su incertidumbre, previniendo todos los sucesos posibles que pudieran llegar a suceder en otra temporalidad, esto podría llevarnos a una ansiedad generalizada o a una depresión mayor.
También nos puede ayudar a comprender mejor la capacidad que tiene el paciente para "medir" el tiempo y ajustar de cierta forma el tratamiento psicoterapéutico que se requiere impartir.

Bilbiografía:

  1. José Luis Díaz. (2011, marzo). The cronophaenomenology: The subjective time and the elastic clock. Scielo. https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252011000400010

  2. Freud, S. (1972-1975). Obras completas (9 vols.). (L6pez Ballesteros, Trad.). Madrid: Biblioteca Nueva.

  3. Ma Del Carmen Giménez Segura. (1988). El tiempo y la historia en la obra de Freud. Anuario de Psicología, Vol. 38.

Podemos concluir que ni el pasado, ni el futuro existe realmente, ya que el primero se construye con el paso del tiempo dejándolo en la memoria y el recuerdo, mientras que el segundo no se ha vuelto presente y solo queda en la proyección e imaginación. Ambos existen simplemente en la mente del individuo y de la sociedad. En este sentido, la mejor forma de lidiar con la subjetividad del tiempo es reforzar nuestra atención plena y vivir en el momento presente. 

Los beneficios de la práctica constante de la atención plena no se reducen simplemente a nivel psicológico, al igual que en la relatividad, vivir mentalmente en el pasado o en el futuro pueden traer complicaciones a nivel biológico, ya que el cuerpo puede ser desregulado o incluso puede enfermar. 

Por lo tanto, te invito a continuar en la práctica de la vivencia del presente para llevar una vida con más serenidad, consciencia, amor y gratitud.